Atisbos
Analíticos No 238, 15 de febrero de 2015
ABSTRACT
1. Introducción
2. El
Frente Unido del pueblo colombiano: Un contexto de historia.
3. Camilo
Hoy
4. Hacia
el Rescate de Camilo como Sacerdote comprometido con las
luchas populares: Papel de Monseñor Monsalve, Arzobispo de Cali.
5. Los
Nodos Regionales de REDUNIPAZ: Hacia la gestación del constructo
social INSTITUTO COLOMBIANO DE PAZ CAMILO TORRES RESTREPO.
El
camilo que yo conocí en 1965 en un Estado
Y
una sociedad contrainsurgentes
IntRoduccion
Proveniente
de la naciente democracia cristiana y del dogma tomista y de la
moral que agotaba la perversidad en el sexo y del caritativismo
católico- en lo individual autoperdonador e ineficaz en lo social -
en 1964, a mis veinte años, Camilo me rebautizó: sin pasarme para
acceder a la política revolucionaria, como era la costumbre en la
época, por unos marxismos sin Marx, me convocó a un nuevo tipo de
compromiso político en el que el amor cristiano se vertía, todavía
de modo un poco confuso, en una especie de socialismo católico.
En esos todavía confusos años del Frente Nacional- sistema con el
que el bipartidismo clasista vigente se autoperdonó con total
impunidad los 300.000 asesinatos de conservadores y liberales del
común que propició entre 1946 y 1957[1]- , de pie los dos en
la entrada de la recientemente creada Facultad de Sociología
de la Universidad Nacional, así, más o menos, me presentó
a Camilo un estudiante de tercer año, que me cazaba por todas partes
cuando ingresé al primer año de la carrera:
“Ese
que va apresurado, con corbata cachaca pero corazón costeño, es
Orlando Fals Borda y el que, enredado en la sotana, le sigue el paso,
es el Padre Camilo Torres Restrepo; ambos son pilares centrales de
esta Facultad”, fue lo que me dijo el estudiante de segundo año
que desde mi ingreso al programa de Sociología, sólo dos semanas
atrás, se había pegado a mis ideas, idas y venidas como una
garrapata doctrinaria. “Claro que ni el uno ni el otro son
marxistas, como es la forma certera y correcta de pensar el mundo
actual, pero rebeldes en sus iglesias, presbiteriano el primero y
católico el segundo, en sus deseos, opciones y prácticas defienden
la necesidad de una revolución”, agregó, sin sacudirme el
mutismo, mi persistente y tenaz mentor. Mi mirada se había quedado
pegada al andar acelerado de ambos hasta que se los tragó el dintel
de la sala de profesores. Sobre Fals, me habían dicho durante esas
dos semanas, que había sido el fundador de la Facultad de Sociología
en 1959 y que era su figura académica nacional e internacionalmente
más elevada. Sobre Camilo, cura católico y sociólogo de Lovaina,
yo ya había advertido que se trataba de una persona sobremanera
querida y admirada. A mí, que provenía de un cerrado programa de
filosofía tomista y escolástica, del que me habían excluido dizque
“por cuestionar la incuestionable doctrina católica”, me llamaba
mucho la atención que en una Universidad “tirapiedra” y que,
como decimos ahora, arrastraba la representación social de “atea”,
un sacerdote católico hubiese alcanzado niveles tan elevados de
admiración”. [2]
En
1964 ingresé al en esa época llamado “Año Básico”- rica
experiencia curricular común para todos los que aspirábamos a
una carrera social o humanística- a la Universidad Nacional
buscando, sobre todo y ante todo, a Camilo. La fortuna me
permitió que fuese éste el que coordinara el curso de introducción
a las Ciencias Humanas con la colaboración del ya muy conocido y
admirado Fals Borda y de ese gigante maestro del
pensamiento crítico llamado Darío Mesa Chica - Hegel, Marx y Weber
le revoloteaban a toda hora por su ya calva cabeza- a quien, a
sus actuales 93 años, alguien o muchos, no obstante su terca
sencillez, tendremos que rescatar y poner en el elevado sitial que se
merece como uno de nuestros máximos pensadores[3].
Con pasión me sumergí en esa nueva y desconocida área de
saber, y, para mi sorpresa personal, con muy buenas notas y
como la política estaba cerca, ingresé al Frente Unido dirigido por
Camilo, y cachucha protectora en la cabeza y buenos tenis
en los pies para huirle a la policía, voceé su periódico por
la calle séptima y por el barrio obrero de Bogotá vendiéndolo
a un peso y así estuve hasta el anuncio de su ingreso al ELN.
Entonces, haciendo “dedo”, con un grupo de adoloridos
compañeros nos fuimos por las carreteras de América
Latina hasta llegar al sur donde me matriculé en Ciencia
Política en la Universidad de Chile; en un frío
amanecer del 16 de febrero de 1966 al encender, medio-dormido,
a las cuatro de la mañana mi radiecito de estudiante, el
puntiagudo eco sin final de esta noticia,
“… COLOMBIA,
fuentes militares informaron que en el día de ayer 15 de
febrero fue abatido el Cura guerrillero Camilo Torres Restrepo…”…
retumbó
durante muchos meses en mi subjetividad adolorida.
1. El
Frente Unido del pueblo colombiano: Un contexto de historia.
Démosle
ahora un contexto de historia al “Frente Unido”, nombre que
cubre tanto al Movimiento político alternativo como al
Papel periódico del que fue director, aunque
“yo
no me considero, escribió Camilo, representante de la clase popular
colombiana, ni jefe del frente Unido, ni líder de la
revolución colombiana, porque
no he sido elegido por el pueblo. (Subrayado
nuestro)Aspiro a ser aceptado por éste como un Servidor
de la revolución”.[4]
Ambos
fenómenos tuvieron ocurrencia entre agosto y diciembre
de 1965 en una época en la que en el mundo hubo extraordinarios
sucesos inéditos, sobre todo en materia cultural y política,
que en Colombia, sociedad hiper-conservadora, tuvieron su
expresión y hasta sus inicios de criollización como, por ejemplo,
en un nadaísmo que, en muchos aspectos, los
recogió y condensó. Por cierto que Colombia se estremeció
ante el escándalo de cara a sucesos actuantes pero por aquí
residuales y hasta casi todas las pacatas gentes
colombianas se preguntaron hasta qué extremos de
inmoralidad y de descomposición estaba llegando el mundo. Alvaro
Tirado Mejía, en otro gran texto suyo de corte más
antropológico[5], se detuvo en el examen sistemático de esos
cambios a escala mundial preocupándose por precisar las huellas que
dejaron en Colombia. Otro suceso mundial central de la década
del 60 fue el Congreso Vaticano Segundo al que el Papa Juan XXIII le
fijó así sus motivos, “Quiero abrir las ventanas de la
Iglesia para que podamos ver hacia afuera y los fieles puedan
ver hacia adentro”.[6] En Colombia, Camilo, en lo personal,
fue la expresión más madura, por una parte, del sector de la
Iglesia que lideró el Jesuita Karl Rhanner que buscaba
“integrar la experiencia humana moderna[7] con el
dogma cristiano” en contraposición con otras visiones que ponían
el énfasis o en una comprensión más ajustada de
la Escritura o en un retorno a las fuentes o en la mera
actualización; por otra parte, expresó también una postura de
avanzada en materia de dialogo entre las Iglesias cristianas, así
como entre los católicos y los marxistas. Sobre estas dos últimas
materias lo de Camilo es como si, sobre ciertas cosas, estuviésemos
leyendo al actual Papa Francisco, así,
“MENSAJE
A LOS CRISTIANOS[8]
“Lo
principal en el catolicismo es el amor al prójimo…’El que ama a
su prójimo cumple la ley (San Pablo Rom,8). Este amor para que sea
verdadero tiene que buscar la eficacia. Si …lo que se ha llamado
caridad no alcanza a dar de comer a la mayoría de hambrientos, ni a
vestir a la mayoría de desnudos, ni a enseñar a la mayoría
de los que no saben , tenemos que buscar medios eficaces para el
bienestar de las mayorías. Esos medios no los van a buscar las
minorías privilegiadas que tienen el poder, porque generalmente esos
medios eficaces obligan a las minorías a sacrificar sus
privilegios… Es necesario, entonces, quitarles el poder a las
minorías privilegiadas para dárselo a las mayorías pobres.
Esto, si se hace rápidamente, es lo esencial de una revolución. La
revolución puede ser pacífica si las minorías no hacen resistencia
violenta. La revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un
gobierno que dé de comer al hambriento, que vista al desnudo…no
solamente de forma ocasional y transitoria, no solamente
para unos pocos, sino para la mayoría de nuestros prójimos. Por eso
la revolución no solamente es permitida sino obligatoria para
los cristianos que vean en ella la única manera eficaz de
realizar el amor para todos. Es cierto que “no hay autoridad
sino de parte de Dios”. (San Pablo Rom. XIII,1).Pero, Santo Tomás
dice que la atribución concreta de la autoridad la hace el pueblo.
Cuando hay una autoridad en contra del pueblo, esa autoridad no es
legítima y se llama tiranía. Y los cristianos podemos y
debemos luchar contra la tiranía. Yo
he dejado los deberes y privilegios del clero, pero no he
dejado de ser sacerdote. Creo que me he entregado a la
revolución por amor al prójimo. He dejado de decir misa para
realizar ese amor prójimo en el terreno temporal, económico y
social. Cuando…haya realizado la revolución, volveré a ofrecer
la Misa si Dios me lo permite…”.
MENSAJE
A LOS COMUNISTAS[9]
Yo
he dicho que soy revolucionario como colombiano,
como sociólogo, como cristiano y como sacerdote…Considero
que el partido comunista tiene elementos auténticamente
revolucionarios , y por lo tanto, no puedo ser anticomunista…No soy
anticomunista como colombiano, porque el anticomunismo se orienta
para perseguir a compatriotas inconformes, comunistas o
no, de los cuales la mayoría es gente pobre. No soy
anticomunista como sociólogo, porque en los planteamientos
comunistas para combatir la pobreza, el hambre, el
analfabetismo, la falta de servicios para el pueblo, se encuentran
soluciones eficaces y científicas. No soy anticomunista como
cristiano, porque creo que el anticomunismo acarrea una condenación
en bloque de todo lo que defienden los comunistas y,
entre lo que ellos defienden, hay cosas justas e injustas. Al
condenarlas en conjunto, nos exponen a condenar igualmente lo
justo y lo injusto, y eso es anticristiano. No soy anticomunista como
sacerdote, porque, aunque los mismos comunistas no lo sepan, entre
ellos puede haber muchos que son auténticos cristianos. Si
están de buena fe, pueden tener la gracia santificante y si
tienen la gracia santificante y aman al prójimo se
salvarán…Los comunistas deben saber muy bien que yo tampoco
ingresaré a sus filas …No importa que la gran prensa se obstine en
presentarme como comunista …Juan XXIII me autoriza para
marchar en unidad de acción con los comunistas cuando dice en
su Encíclica “Pacem in Terris”: ‘Se ha de distinguir también
cuidadosamente entre las teorías filosóficas sobre la
naturaleza, el origen, el fin del mundo y del hombre, y las
iniciativas de orden económico, social, cultural o político, por
más que estas iniciativas hayan sido originadas e inspiradas en
tales teorías filosóficas; porque las doctrinas, una vez elaboradas
y definidas, ya no cambian , mientras que tales iniciativas
encontrándose en situaciones históricas continuamente
variables, están forzosamente sujetas a los mismos cambios.
¿Quién puede negar que, en dictados de la recta
razón e intérpretes de las justas aspiraciones del hombre,
puedan tener elementos buenos y merecedores de aprobación?’…Cuando
la clase popular se tome el poder, gracias a la colaboración
de todos los revolucionarios, nuestro pueblo discutirá sobre
su orientación religiosa. El ejemplo de Polonia nos muestra
que se puede construir el socialismo sin destruir lo esencial
que hay en el cristianismo. Como decía un sacerdote polaco:
’Los cristianos tenemos la obligación de contribuir a la
construcción del estado socialista siempre y cuando se
nos permita adorar al Dios que queremos’ “.
En
la década de 1960, el Frente Unido del pueblo colombiano,
dirigido por Camilo, encontró condiciones favorables para su
despegue en una serie de situaciones por las que pasaba la economía
colombiana, que se traducían en condiciones políticas favorables
para la movilización social popular. Por una parte, el modelo
cepalino de sustitución de importaciones de bienes de consumo
final[10], que se había iniciado en la década del 30, tras cumplir
una primera etapa hacia los finales de la década del 50, se había
agotado mostrándose incapaz de pasar a una segunda fase evidenciando
así el carácter estructural de la dependencia imperial. Por
otra parte, el empuje del capitalismo agrario había echado para
atrás el tercer esfuerzo histórico por hacer en Colombia una
siempre prometida reforma agraria dejando en una situación de
progresivas miseria y de pauperización al campesinado
empobrecido. A guisa de ejemplo, para la última semana de septiembre
de 1965 así estaba el caos social del país: Bogotá: huelga en
Telecom, amenaza de los trabajadores de no laborar los domingos,
continuación del paro judicial; Medellín: reunión sindical
para preparar paro de solidaridad con los trabajadores
cuyos pliegos estaban en discusión, varias huelgas( Mosaicos Titán,
Everfit e Indulana); Cali: despidos masivos en empresas ,
especialmente en las de capital norteamericano, conflicto en
Croydon; Barranquilla: protesta popular contra la carestía, choques
con la policía, varios heridos y contusos; Bucaramanga: malestar
entre el profesorado, continuación del paro judicial; Riochiquito:
combates con “Trirofijo”; Cúcuta: amenazas de paro en los
servicios públicos; y en todo Colombia: malestar social, alzas
de precios, despidos masivos.[11]
Y
en la década del 60 también hubo importantes cambios en la sociedad
colombiana en el nivel de la política: de un lado, la creación del
Frente Nacional, y, del otro, la presencia en Colombia de casi todas
las subversiones insurgentes armadas que en el mundo se reclamaban
del marxismo, incluido el ELN, la organización guerrillera a la que
se incorporó Camilo entre finales de 1965 y principios de 1966.
Con la creación del Frente Nacional, las expresiones políticas que
expresaban a las fracciones del bloque en el poder decidieron
ordenarle a las bases de cada partido que dejaran de matarse entre sí
por la disputa de un Estado apetitoso en materia de presupuesto y de
fábrica de puestos públicos; aunque el fenómeno estaba entre las
oposiciones del Frente Unido y aunque, en un principio, algunos
estudiosos lo interpretaron como un cierre de la
democracia, con el tiempo no resultó ser tal, pues en Colombia la
democracia, de hecho, siempre había sido una raquítica democracia
cerrada, sólo que ahora se la había constitucionalizado.. De todas
maneras, “el Frente Unido del pueblo colombiano”, dirigido por
Camilo, fue concebido como un movimiento transFrente Nacional
orientado a gestarle unidad organizativa a las
distintas expresiones políticas, sindicales y ciudadanas de
los subordinados llamados “pueblo” poniendo el énfasis
estratégico en lo que tenían y necesitaban de común para lograr
avanzar en un proceso emancipatorio; por esta razón cuando alguien o
alguna organización se les acercaba declarando estar de
acuerdo con su plataforma revolucionaria, de inmediato lo invitaban a
participar y actuar sin preguntarle siquiera
por su anterior o actual militancia política o
ideológica.[12]En esas condiciones, de entrada el Frente Unido
fue catalogado y tratado por el Estado y por el establecimiento como
un grupo insurgente subversivo, sobre todo ahora
cuando la presencia en sus filas de un sacerdote que pronto adquirió
presencia e imagen nacional, había empezado a romper y conmocionar
las estructuras mentales de amplios sectores populares
católicos que, en situación de progresiva pauperización, se
frenaban en su accionar reivindicativo o revolucionario por una
jerarquía eclesiástica católica que con casi todas sus
actuaciones bendecía y legitimaba el orden social vigente En ese
contexto, el Frente Unido fue objeto de la más intensa
represión mientras Camilo física y mentalmente quedó sitiado
por el establecimiento contrainsurgente por donde quiera que se
moviese durante las 24 horas del día. Intenso fue el que quehacer
analítico de Camilo: por ejemplo, la última semana de agosto
de 1965, invitado por la ASA- Organización Sindical y
Independiente- la inició con una frustrada conferencia
en Medellín y
“una
muralla de prevenciones, de acuerdo con el Frente Unido No 1, pg.7,
se tendió alrededor de su visita. Pronto la convirtieron
en cordones de gentes armadas por órdenes del gobernador
Aramburu…El local donde debía dictarse la conferencia fue ocupado.
Dentro de las alambradas, Camilo y sus acompañantes aguardaron
serenos, el desarrollo de los hechos. Luego, Camilo Torres, el grupo
de universitarios que lo acompañaban y varios dirigentes
sindicales, fueron sitiados durante 16 horas por la fuerza
pública. La tensión que se vivía en la sede de la ASA,
donde estaban prácticamente detenidos, repercutió rápidamente en
todo el país traduciéndose en indignación. Las protestas
obligaron al gobierno al levantar el asedio… Como preludio de estos
hechos, otro que señala el cordón de silencio que se
pretende implantar alrededor de nuestras tesis .Las empresas de
aviación se negaron a expedirle a Camilo los pasajes para que
viajara a Medellín. Varios obreros fletaron, por colecta, una
avioneta…Tras las conferencias-en el último fin de semana, en los
Llanos Orientales, Camilo hablará este sábado, 28 de agosto, en
Soachá y Fusagasugá, el domingo en Viotá , y el lunes en Tocaima y
Giraradot. La semana entrante extenderá sus visitas al Tolima:
martes, Espinal; miércoles, Ibagué; jueves, Caparral”. Y así
cada semana por todo el país. y para ilustrar un poco más, en
el Frente Unido No 2, 2 de septiembre, pg 1, se lee, “Después de
dictar una Conferencia en el estadio de Girardot, y cuando marchaba
rodeado por millares de entusiastas personas…Camilo fue
interceptado por la fuerza pública. Treinta de sus
acompañantes fueron retenidos…Luego la residencia del Doctor
Antonio Castaño, donde se alojó, quedó bajo fuertes cordones de
policía.”. Por otra parte, poblaciones tradicionalmente
conservadoras, siguieron con la mayor atención las charlas de
Camilo, personaje que no se presentó como un ser [13]providencial,
así, Convención-Santander (2.000 personas), Acacías-Meta (1.500),
Barrancabermeja (40.000), Cali-Plaza San Nicolás completamente
colmada, Buenaventura (25.000)…Por todas partes, Camilo le habló a
la gente sin ínfulas carismáticas y con un lenguaje
substancioso pero sencillo. En Buenaventura un anciano le dijo,
“Padre, yo soy laureanista, y he asistido a muchas concentraciones
políticas pero a ninguno de los políticos los he entendido. En
cambio a usted le he comprendido todo”.[14] Ya en relación
con Camilo, éste se convirtió en un persona horizontal y
verticalmente sitiada por los poderes establecidos. En el Primer
Congreso Nacional de Sociología Camilo presentó una Ponencia en la
que ni siquiera nombró a Marx, más bien, se trató de un
ensayo sociológico entre europeo- más interesante que
verdadero, fue la expresión de Camilo- que norteamericano - en la
misma línea, más verdadero que interesante-, titulado “VIOLENCIA
Y CAMBIOS SOCIALES”. Entre los círculos políticos y los grupos de
presión esa ponencia provocó una fuerte reacción que
se concretó, “en la campaña, primero soterrada y luego
franca e implacable, contra el sacerdote y catedrático
Camilo Torres. El senador Alvaro Gómez Hurtado tomó este
ensayo como ‘cabeza de proceso’ contra su autor y lo
presentó a las jerarquías de la Iglesia reclamando
sanciones”. [15] Atropelladas fueron, por otra parte, las
reacciones y conductas de la Jerarquía eclesiástica frente a Camilo
cuando ni siquiera el ultraconservador periódico francés LA CROIX,
en artículo publicado, el 21 de septiembre, se había atrevido
condenarlo: “La opción del Padre Torres, se escribió en este
periódico, por la violencia llega en un momento en que
los partidarios más convencidos de los métodos
pacíficos se preguntan si se puede esperar todavía algo
de un gobierno que no ha sabido hasta ahora sino
demostrar su impotencia y su inalterable ceguedad ante
los problemas que se presentan ahora en Colombia”.[16] En
declaración pública, el Cardenal Luis Concha Córdoba, quien redujo
a Camilo al estado laical sosteniendo que no podía volver a ejercer
el sacerdocio, le censuró la exposición de sus tesis sobre la
situación económico-social colombiana, así como sus
convocatorias a formar un Frente Unido del pueblo. En
declaraciones a Caracol y al Espectador Camilo destacó cómo
el Vaticano había pedido la a la jerarquía colombiana
que dialogara con él antes de imponerle cualquier sanción,
“desafortunadamente, declaró Camilo, ese diálogo no se ha
producido…Las declaraciones públicas de su Eminencia
están en contra de sus declaraciones privadas. Cuando hablé
personalmente con el cardenal vimos que la única fórmula
para conservar a salvo su conciencia y la mía era la de que yo
pediría la reducción al estado laico. El me dijo que era una
decisión dolorosa para él pero que esperaba que en el momento
en que yo lo considerara conveniente, pudiera volver al ejercicio de
mi sacerdocio y él me recibiría con los brazos abiertos”. Dada
esta situación, un católico, Fray Alberto, precisó, “Es cierto
que Camilo pidió la reducción al estado laical
con el fin de dedicarse con más libertad a la
reivindicación económica y social del país. Pero no es menos
cierto que la concesión hecha a Camilo Torres, no tiene ninguna
validez hasta cuando haya venido el rescripto de Roma,
cosa que hasta ahora no ha sucedido. Camilo pidió que se le
permitiera decir misa una vez por semana lo que aún no ha sido
resuelto. Esta concesión se ha hecho a varios sacerdotes
europeos que se encuentran en las mismas condiciones que
Camilo…¿En qué están reñidas las tesis y actividades de
Camilo torres con la doctrina de la Iglesia? Si el Cardenal
leyera “LA LEY DE CRISTO” de Bernhard Haring, para no citar sino
un moralista católico…no daría dando pasos de ciego…El Cardenal
Concha falta a su deber sacerdotal y se constituye en el vocero
de las oligarquías y de las castas privilegiadas”.
2. El
Frente Unido es arrasado por una Estado y una Sociedad
contrainsurgentes
Fue
así como actuó en la coyuntura de 1960 ese “Estado
estructuralmente opuesto a toda reforma sociopolítica básica, que
se había instalado en Colombia desde 1886”: actuando de modo
contrainsurgente contra toda amenaza de instaurar en Colombia
un orden social alternativo tal como lo pretendía en
1965 el Frente Unido dirigido por Camilo Torres con
una plataforma que al señalar, “la propiedad de la
tierra será del que la esté trabajando directamente; todos los
habitantes de casas en las ciudades y pueblos serán propietarios; se
cobrará un impuesto progresivo a los que reciben rentas
superiores a las requeridas por una familia colombiana promedio”[17],
levantaba como estrategia organizativa LA UNIDAD CON “EL
OTRO”, ya fuese conservador-liberal-comunista o no alineado, con
quien “tengo algo muy importante en común” como es la necesidad
de la emancipación popular. Ese fue el Estado que, de modo
implícito se constitucionalizó en Colombia en 1886 - un
Estado estructuralmente reacio a toda reforma social importante, ya
de índole reivindicativa o revolucionaria - y que para esos
efectos, para impedirlo en las distintas coyunturas de la historia,
quedó dotado de instrumentos institucionales- sobre todo el de una
aplicación muy particular de la institución del Estado de sitio-
que le permitían reproducir la república autoritaria de
1886[18] y que si siempre actuó de modo represivo, en ciertos
momentos lo hizo de modo terrorista y en la década de 1960 de manera
contrainsurgente, primero contra las nacientes guerrillas pero
también contra el Frente Unido dirigido por Camilo. Por
desgracia, viajando éste hacia la guerrilla y el Estado sitiando
cada vez más al Frente Unido, el movimiento terminó por
desvanecerse.
3. Camilo
Hoy
Ha
transcurrido medio siglo desde la muerte de Camilo y esto no obstante
las Farc y el Eln, nacientes en esa década, continúan vivas pero
sin triunfar. Sin embargo, en estos cincuenta años el
capitalismo colombiano ha tenido importantes cambios no obstante que,
en esencia, ha permanecido siempre el mismo y por eso la mayor
generalización de la inequidad social y la más fuerte
concentración del patrimonio y de la riqueza y de los
ingresos. En esta guerra socio-territorial que ha vivido
Colombia en los últimos cincuenta años, la situación de los
dominados y explotados ha estado cada vez más ausente, por lo menos,
hasta el prometido triunfo de la revolución armada que tampoco
nunca ha llegado. Como escribió en el 2002 Víctor Manuel Moncayo al
presentar, como rector de la Universidad Nacional de Colombia, la
publicación facsimilar de los 13 números del periódico
FRENTE UNIDO,
“…lo
cierto es que la realidad de ahora es muy distinta. No podemos ser
simplistas y decir que nada ha cambiado. Es cierto que vivimos
aún bajo la injusticia y la inequidad, pero los lazos que nos
abrazan y dominan han sido renovados, muchas veces con
nuestra cooperación ingenua o equivocada. El reto que ahora
se erige ante nosotros es conocer esa realidad, como lo hizo Camilo
con la de su tiempo, y derivar de allí las consecuencias críticas
que correspondan…He aquí la diferencia central con las
características principales del conflicto social armado que
nos aqueja. Está absolutamente distante y aislado
de quienes sufren y, más aún, aumenta y profundiza su agonía. Los
hechos así lo demuestran todos los días. Debemos parar la guerra,
sobre todo porque de ella está ausente la suerte de los dominados y
explotados. No para abrir nuevas avenidas a la reorganización
capitalista, sino para reencontrar caminos diferentes de real
liberación con los cuales nos comprometamos. Como ocurría en
diciembre de 1965, preguntémonos ahora ¿dónde está Camilo?”.[19]
En
esta actualidad de 15 de febrero del 2015, las Farc están en la Mesa
de la Habana debatiendo, conversando y negociando con el gobierno de
Santos; el Eln, aunque también ha manifestado querer entrar en la
misma dirección, por esos mismos días está enfrascado en un paro
armado. Pero, una nota central parece común: si ambas organizaciones
buscan negociar, es porque para ellas la lucha armada no es un
fin sino un medio, medio a través del cual en cinco décadas, por
estar enfrascadas en una interminable y equivocada guerra
socioterritorial, no han podido brindarle a la masa crítica de los
subalternos la siempre prometida revolución social; ésta, más en
un caso que en el otro, casi que que ha estado ausente de las
dinámicas y procesos y acciones del conflicto interno armado.
Entonces, si quieren negociar, es porque quieren encontrar y
construir caminos democráticos más eficaces para llegar
socialmente al pueblo en cuanto masa de subalternos dominados y
explotados.
En
1965 Camilo se marchó a las guerrillas porque a medida que se le
fueron cerrando todos los espacios, creyó que la lucha armada era el
camino más eficaz para garantizar una imprescindible revolución
social. Pero, muerto ya, sus compañeros de lucha armada tampoco la
han podido garantizar. En su época, la plataforma del Frente
Unido fue una propuesta orientada a la construcción de paz
positiva por la vía de la realización de una revolución
social; en la actualidad una propuesta así construida a partir de
los problemas sociales de la contemporaneidad sería una de las
dimensiones más importantes de lo que se puede llamar una paz
integral, que debe imbricar, además, la reconciliación y el perdón
y la gestación de una nueva cultura ciudadana. Pero, donde el legado
de Camilo, en lo que al Frente Unido del pueblo se refiere, se
evidencia más actual es en su apuesta de una estrategia de
organización del pueblo colombiano, primero, alejada de carismas
salvadores y clientelares, segundo, sin protagonismos de
organizaciones que pregonan una unidad a la medida de su propia
historia partidista, y tercero, donde todos aprendan y reaprendan
a hacer política haciendo política democrática hacia afuera y
hacia adentro. Camilo fue un maestro en el ejercicio democrático de
la política; nunca asumió representaciones como por derecho
propio, sin que el pueblo lo hubiese nombrado para ejercerlas.
4. Hacia
el Rescate de Camilo como Sacerdote comprometido con las luchas
populares: el Papel de Monseñor Monsalve, Arzobispo de Cali.
Desde
la mirada de hoy, no puede sino llamar la atención el esfuerzo que
se está haciendo desde el interior de la propia Iglesia
católica y de otras Iglesias cristianas por recuperar al Camilo que,
más como sacerdote que como ciudadano, estuvo 12 años
dedicado a las luchas populares y sólo 4 meses a su condición
de incipiente guerrillero. Bajo esa orientación habrá que
destacar el importante papel que ha venido cumpliendo el
arzobispo de Cali, Monseñor Monsalve. Se ha movido con decisión y
precisión pero sin estridencias y sin causar choques con
sus colegas de la jerarquía eclesiástica: entre muchas otras cosas,
ha reiterado:
“la
lucha que Camilo libró es la de un cristiano contra las injusticias
sociales”; “Camilo Torres, un ícono a los 50 años de su
muerte”; en la actualidad “Camilo se la jugaría por el
desmonte de la violencia insurgente”; “Camilo se vuelve ahora una
figura ‘puente’, un ‘jalón’ hacia el reencuentro más
posible entre posiciones extremas”; “tiene mucho que dar y
enseñar a Colombia que se mueve en la reconciliación, la verdad y
la justicia transicional” ; “para que la gente pueda rendirle
un homenaje serio y sencillo”, que “sean devueltos los restos de
Camilo”. [20]
En
entrevista que le hizo Diego Arias, así se expresó Monseñor
Monsalve,
“La
lucha de Camilo se arraiga en el humus cristiano: más que en lo
ideológico, en la experiencia popular; más que en la lucha de
clases, en la unidad como principio ético de toda acción
transformadora colectiva y en el aprendizaje y la pedagogía desde el
mundo de los pobres. Camilo se vuelve ahora una figura ‘puente’ y
un jalón hacia el reencuentro más posible entre orillas opuestas;
una conexión entre el evangelio social de la Iglesia de ayer y la
que emerge hoy, impulsada por la figura y el mensaje “revolucionario”
del papa Francisco”.[21]
Y para
los que políticamente nos formamos en el marco del dialogo
entre cristianos y marxistas que propició Camilo, habría que
destacar ahora que, si bien, ese fue el ambiente en el que tomó
forma la teología de la liberación, también lo fue el de la
cristianización de muchos marxistas o promarxistas que, sin saberlo,
como lo señaló Camilo, eran “auténticos cristianos”.
5. Los
Nodos Regionales de REDUNIPAZ: hacia la gestación del
constructo social “INSTITUTO COLOMBIANO DE LA PAZ CAMILO TORRES
RESTREPO”.
Si
los diálogos de la Habana efectivamente se concretan no en una
simple firma de papeles sino, sobre todo y ante todo, en una
Estrategia sociopolítica nacional de creación de paz
territorial en esa pluralidad casi infinita de espacios regionales y
locales, muy heterogéneos, que le dan forma a Colombia, en la etapa
del posacuerdos la Habana el país podrá ponerse en un nuevo
horizonte hacia su transformación estructural. Entonces, trabajando
desde los distintos exterritorios de guerra y de construcción de paz
positiva, los Nodos Regionales de la Red de Universidades por la Paz,
REDUNIPAZ, podrán jalonar acciones y alianzas para que los
resultados de todas las dinámicas y procesos que se
desaten en esa etapa histórica de construcción de paz territorial
sean, de modo progresivo, recogidos en un constructo social académico
político llamado INSTITUTO COLOMBIANO DE LA PAZ CAMILO TORRES
RESTREPO. Es esta la propuesta que hacemos un grupo de
profesores de la Universidad del Valle, miembros de Redunipaz, que
tenemos una apuesta de trabajo, de corto y de mediano plazo, con los
Excombatientes del conflicto interno armado.
.
[1].
Guzmán Campos, Germán et Alt. LAVIOLENCIA EN COLOMBIA. Estudio de
un proceso social. Bogotá. Ediciones Tercer Mundo. T .i, 1980.
[2].
Vélez R, Humberto, Fals Borda y Camilo, “Dos Vidas cercanas pero
desencontradas”, Atisbos Analíticos No 68, 18-07-2006.
[3] .
Ladino Orjuela, Wilson Hernando, “DARIO MESA CHICA Y LA CIENCIA
SOCIAL EN COLOMBIA”. En, Revista
INNOVAR, www.bdigital/unal.edu.co/23019/1/19722-65436-1-PB.pdf
[4].
FRENTE UNIDO, Director: CAMILO TORRES, Año 1-Número 1,
Bogotá , agosto 26 de 1965
[5]. Tirado
Mejía, Alvaro. Los Años sesenta, una revolución en la
Cultura”
[6] .
Communicato de la Secretaria di stato”, Alberigo: 1995:21, 57-59)
[7].
“ KARL RAHNNER: LA ACTUALIDAD DE SU PENSAMIENTO, www.
Elcultural.com/revista/letras/Karl-rahnner-la-aactualidad-de-su-pensmeinto/9013.
[8] .
FRENTE UNIDO, “MENSAJE A LOS CRISTIANOS”, Año I-No. 1,
26-08-1965.
[9] .
FRENTE UNIDO, “MENSAJE A LOS COMUNISTAS” Año1-NUMERO 2, Bogotá,
02-o9-2016.
[10]. FitzGerald,
“LA CEPAL Y LA TEORÍA DE LA INDUSTRIALIZACIÓN”,
St.Antony’s College, Oxford, www.cepal.org,
[11]. Frente
Unido, , AÑO I, NUMERO 5, Bogotá, septiembre 23 de 1965, pg. 1.
[12]. Frente
Unido , No 1, pg.7
[13] .
Idem
[14] .
Frente Unido, No 2, pg. 7
[15] .
En varios de los números del Frente Unido a partir del No 2.
[16] .
“Los Católicos franceses no condenan al padre Camilo”, Frente
Unido No 7, 7 de octubre de 1965, pg. 7. Frente Unido, AÑO I,
Número 6, septiembre 30 de 1965, pgs. 1 y 3.
[17].
“LA PLATAFORMA DEL FRENTE UNIDO”, Frente Unido, AÑO i, número
1, agosto 26 de 1965, pg. 4.
[18].
Vélez Ramírez, Humberto. LOS DIÁLOGOS DE LA HABANA, LA COMISIÓN
DE HISTORIA DEL CONFLICTO Y DE LAS VÍCTIMAS Y LA COLOMBIANIZACIÓN
DE LA JUSTICIA TRANSICIONAL. En prensa.
[19] .
Moncayo, Víctor Manuel, “Dónde está hoy Camilo?” EDICIÓN
FACSIMILAR FRENTE UNIDO, Bogotá, 2002.
[21]. Entrevista
de Diego Arias Monseñor Monsalve, www.eltiempo.com,
27-01-2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario