ATISBOS
ANALÍTICOS 247, Armenia-Quindío, septiembre 1 de 2016,
Humberto Vélez R miembro fundador de REDUNIPAZ, Red de Universidades
por la Paz y la Convivencia; publicación de ECOPAIS,
Fundación Estado*Comunidad*País y DE INCOPAZ, INSTITUTO
COLOBIANO DE Y PARA LA PAZ, “por un nuevo estado para una nueva
Colombia, humbertovelezr@gmail.com,
atisbosnaliticos2000.blogspot.com.
“
el
plebiscito : si o no y punto; entonces,
o
más guerra u otra LEJANA renegociación
INTRODUCCIÓN
Ahora
sí todo está acordado:¡Felicitaciones a las dos partes y a la
ciudadanía por UNA paciencia QUE DARÁ SUS FRUTOS en la
etapa más difícil que es la que se avecina, EN EL complejo
PROCESO QUE apenas está despegando DE CONSTRUCCIÓN
diferenciada DE PAZ EN Y DESDE TERRITORIOS que aunque tienen
mucho en común, presentan muchas e importantes diferencias!
Abstract
Cada
quien puede leer el acápite que desee, pues gozan de relativa
autonomía).
Los
entusiastas Hackers, el Centro Democrático y una nueva
y perversaforma de hacer política: el caso de la Ministra Gay
de Educación y el Plebiscito.
2.
“Ya las extrema derechas casi no requieren propiciar los
clásicos golpes de Estado, con justificaciones legales han
aprendido a darlos por sí mismas manipulando de modo
mediático y perverso la opinión ciudadana”.
3.
Hace apenas tres semanas escribimos el Atisbo 246, “El
Plebiscito en 1600 interdisciplinarias palabras; dijimos
entonces… que “lo más sano era que la oposición
legitimara en lo electoral la certeza de sus posiciones y que si
lograba un umbral negatorio del 13% con un voto, por lo menos,
encima del “SÍ”, hasta ahí llegaba la negociación
de Santos”; y añadimos que una conducta así era sano
para el futuro de la democracia colombiana.
4.
“Pero, muy pronto el Centro democrático se decidió
por un raro y extraño y contradictorio y hasta desorientador “No”.
Si ganaba “el No”, dijeron pronto los uribistas como para
no echarse encima la responsabilidad de otras décadas más de
guerra interna, se trataba de un ‘No’ condicionado, pues lo que
harían sería re-formular el modelo habanero de
negociación”.
5.
“Todo
esto, con serenidad y sin algarabía ni insultos y en un
lenguaje sencillo hay que decírselo al conjunto de la ciudadanía
en esta coyuntura del Plebiscito: no es que Uribe- hábil y
mediático y efectista político- crea “atontadas” a las
guerrillas; no es que el ex presidente… Sólo está buscando
dos cosas: primera, ganar el Plebiscito con su ‘No condicionado’;
y segundo, ganarle tiempo al tiempo, pues si logra tumbar lo
de la Habana, se le abre el camino para aspirar a una
tercera presidencia, en persona o mediante un manejable
ventrílocuo”.
6.
“…a
los resultados de las Encuestas- que más que conocimientos
objetivos lo que miden en la coyuntura del momento son
opiniones y percepciones subjetivas transitorias- hay que hacerles
una lectura no mecánica sino, más bien dialéctica, que
recoja las contradicciones y tensiones que se mueven y chocan en los
distintos momentos en la intimidad subjetiva de los ciudadanos
concretos”.
7.
¿Cómo
explicar entonces los paradojales resultados de la última Encuesta
Gallup? “…el grueso de la gente está aprendiendo a realizar un
juicio crítico racional más o menos así: “ si todos los días y
a toda hora en la vida cotidiana me tengo que comer tantos sapos que
produce esta sociedad ¿por qué no me voy a comer éste de la
pacificación que, por lo menos, en el último año ha
mostrado y evidenciado que centenares de colombianos-
soldaditos y civiles y guerrilleros- no han muerto como resultado de
las negociaciones que se vienen realizando en la Habana?”.
8.
Las
críticas centrales formuladas por la oposición al “Documento
Final para la Terminación del Conflicto. En nuestra opinión
meramente ajustada a la lógica jurídica, “si el 2 de octubre
gana la opción del ‘Sí’, solo el pueblo
soberano que fue el que los aprobó, podrá reversar los Acuerdos
en un nuevo acto político y, por lo tanto, equivocado se
encuentra el ex presidente Uribe al asignarles esa tarea al
Congreso, a las Cortes o a los futuros gobiernos”.
9.
“De
todas maneras suena raro que la Iglesia Católica colombiana, no
obstante la presencia destacada del pacifista y humanista y muy
solidario Papa Francisco en el proceso, salga ahora con un
comunicado en el que anuncia que "de ninguna
manera, la iglesia católica induce a los colombianos a votar por el
Sí o por el No en el plebiscito" mientras otras iglesias
cristianas le han dado ya un sí al ‘SÍ’ “.
10.
Una
opinión sensata formulada desde las lógicas de la ciudadanía.
**********1**********
Cuando
socialmente no se lo usa como conjunto orgánico de reglas de juego
funcionales a la construcción de una convivencia democrática
sino como mera ideología, vale decir, como una forma de tapar y
velar lo real para manejarlo según los amaños de los poderosos, el
derecho sirve para todo lo que suene a perverso: aún para
producir nuevas formas de golpe de Estado aparentadas de
legalidad y de la más enorme legitimidad. Esto es todavía mucho más
válido en el mundo actual cuando la política se nos ha venido
convirtiendo en un mero problema técnico definido por un
accionar sistemático orientado a crear una matriz
de opinión pública en torno a un problema concreto altamente
sensible para la población entregando información masiva y
reiterativa e incisiva a un grupo muy grande de
siempre disponibles hackers cuyo oficio no es otro que la entrega
continua de información: se trata personas entusiastas cuya ética
se encuentra asociada a la creencia de que el entregar y compartir
información al alcance de todos , en sí y por sí mismo y al
margen de su validez fáctica o de su coherencia teórica, es bueno y
saludable constituyendo el acceso a ella un derecho casi sagrado del
conjunto de la ciudadanía.[1] En Colombia, en el Centro
Democrático, y sobre todo con su máximo líder y sus cuadros
dirigentes, se encuentran los simpatizantes más fervorosos de esa
pervertida forma neo-técnica de hacer política como se ha
podido verificar con la campaña que armaron a principios de
agosto : le entregaron, de modo masivo, a los entusiastas hackers una
cartilla “falseada” sobre lo que llamaron “ideología de
género” buscando la caída de la Ministra gay de Educación
Gina Parody para tras ella arrastrar de la jeta a
desorientados padres de familia, a las organizaciones
religiosas y al conjunto del moralismo intolerante en
contra del plebiscito.
**********2**********
En
parte o en mucho es lo que ha venido acaeciendo en América
Latina en el último año. Es por eso por lo que como contexto de
este Ensayo, importa señalar lo que ha escrito desde España
nuestro amigo y sociólogo Juan Diego García titulado LA
OFENSIVA,
“La
ofensiva de la derecha en Latinoamérica ofrece un balance bastante
desigual que no justifica en modo alguno sus declaraciones
triunfalistas allí en donde han desalojado a gobiernos progresistas
ni resultan creíbles las proclamas apocalípticas de la
derecha venezolana o colombiana…Y para no ser menos, la derecha
extrema en Colombia impulsa ahora el NO en el plebiscito que debe
refrendar los acuerdos de La Habana con la insurgencia de las
FARC-EP. Con mentiras evidentes y sembrando el miedo entre la
ciudadanía (en eso son expertos) buscan sabotear un acuerdo que gana
mayores apoyos cada día en un país que sin duda no merece otro
medio siglo de guerra civil. ¡Ni Washington los apoya!....al menos
por ahora.”[2] Ya las extrema derechas casi no requieren propiciar
los clásicos golpes de Estado, han aprendido a darlos con
justificaciones legales por sí mismas manipulando de modo mediático
y perverso la opinión ciudadana.
**********3**********
Hace
apenas tres semanas escribimos el Atisbo 246, “El Plebiscito
en 1600 interdisciplinarias palabras”[3]; hasta ese momento
las posiciones en el partido de Uribe bailoteaban entre la
abstención y “el No”. Dijimos entonces que para bien del
futuro de la democracia colombiana- un futuro que bajo el horizonte
de “el sí” por vez primera preanunciaba la
expulsión de las armas y de las violencias del
régimen político colombiano- lo sano era no aparentar desear el
inicio inmediato de la pacificación del país pero tampoco
abstenerse en una sociedad de históricos abstencionistas, sino, más
bien, votar de modo abierto y explícito por “el No”. Lo más
sano, señalamos, era que la oposición legitimara en lo
electoral la certeza de sus posiciones y que si lograba un
umbral negatorio del 13% con un voto, por lo menos, encima del “SÍ”,
hasta ahí llegaba la negociación de Santos. Y
hasta ahí llegaba porque el fallo de la Corte Constitucional-
Sentencia C-379- había sido preciso y ordenante: si en el
Plebiscito como acto político ganaba el “SI”, Santos
estaba obligado a cumplir lo que el pueblo como soberano supremo le
ordenaba, pero si el triunfante era el “NO”, hasta ahí llegaba
su esfuerzo pacificador a no ser que el presidente se decidiese
a emprender una nueva y muy distinta negociación, empeño
político éste que, aunque viable en lo jurídico, por
razones de desaliento, de tiempo y de dificultades prácticas, casi
con seguridad este gobierno no va a emprender.
En
estas condiciones, el desarrollo subsecuente del conflicto interno
armado quedaba en manos no de Uribe sino del conjunto de las fuerzas
sociales y políticas del país, pues no otras serían las
consecuencias de la derrota de Santos por Uribe.
**********4**********
Pero,
muy pronto el Centro democrático se decidió por un raro y
extraño y contradictorio y hasta desorientador “No”. Si ganaba
“el No”, dijeron pronto los uribistas como para no echarse
encima la responsabilidad de otras décadas más de guerra interna,
se trataba de “un No” condicionado, pues lo que harían sería
reformular el modelo habanero de negociación por uno
orientado a buscar una negociación perfecta sin concesiones a
las Farc con lo que se inyectaría suavidad judicial a
unos maltratados militares a quienes se estaba pretendiendo igualar
a los terroristas llevando el desaliento a su patriótico
accionar armado. Si no fuera por sus precedentes, lo sano sería
pensar que un Uribe honestamente convencido es el que
está proponiendo una “negociación” con cárcel para la
dirección de los insurgentes y con la prohibición de participar en
política. Pero,
como para recordar ahora al Uribe Vélez del 10 de marzo del
2005 que, cuando estaba negociando con los paramilitares, avaló así
su Ley de Justicia y Paz en declaraciones a la W Radio,
“Encontrar
un buen balance entre paz y justicia es muy difícil, paz sin
impunidad, justicia sin sometimiento. Pero le voy a decir: todos los
procesos de paz son imperfectos, hasta el límite que me he atrevido
a decir lo que ahora repito: en todos esos procesos de paz finalmente
uno ve un poquitico de sometimiento en nombre de la justicia y algo
de impunidad en nombre de la paz. En esto hay que hablar con toda
franqueza. Aquí no hay legislación perfecta. En un proceso de paz
queda algo de impunidad; tenemos que buscar que sea la menor
posible”.[4]
Y
en materia de la participación política de las Farc, ésta para
farianos es de la esencia de una negociación, pues si en
1964 se alzaron formalmente en armas fue porque, como animales
políticos racionales consideraron que no cabían en el régimen
político bipartidista entonces constitucionalmente vigente.
Como lo ha destacado Rodrigo Uprimny, en el 2003 “Uribe no se
oponía a la elegibilidad política de responsables de crímenes
atroces que se desmovilizaran…Y en declaraciones ulteriores reiteró
que, para negociar con la guerrilla, estaba dispuesto a proponer una
reforma constitucional que eliminara las inhabilidades que impedían
participar en política a los responsables de crímenes atroces”.[5]
**********5**********
Todo
esto, con serenidad y sin algarabía ni insultos al uribismo,
en un lenguaje sencillo hay que decírselo al conjunto de la
ciudadanía en esta coyuntura del Plebiscito: no es que Uribe- hábil
y mediático y efectista político- crea “atontadas” a las
guerrillas; no es que piense que éstas vayan a sentarse a la
ficticia Mesa que está anunciando renunciando a las tres
concesiones básicas mínimas que han logrado en la Habana: 1. una
reforma rural integral, 2. un modelo de Justicia Transicional
aplicable a todos los victimarios y. 3. la posibilidad efectiva de
continuar haciendo política por las vías de las democracias
representativa y participativa; no es que el expresidente crea
como inamovibles los años ha, para él, movibles principios
que está pregonando ahora; finalmente, no es que no sepa que los
resultados del Plebiscito son vinculantes u obligatorios para el
gobierno de Santos. Todo eso lo sabe de sobra, aunque lo que no le
conviene lo sabe disimular muy bien o, por lo menos, es habilidoso
para tapar con toda tranquilidad el componente falso o
semi-falso de muchas de sus afirmaciones. Sólo está buscando dos
cosas: primera, ganar el Plebiscito con su “No condicionado”; y
segundo, ganarle tiempo al tiempo, pues si logra tumbar lo de
la Habana, se le abre el camino para aspirar a una
tercera presidencia, en persona o mediante un manejable ventrílocuo.
Ha sido por esto por lo que el Centro Democrático por medio de
Alfredo Rangel se ha anticipado a presentar un proyecto
de ley dirigido a crear un Tribunal de Paz, que contempla 5 años de
prisión para militares y civiles incursos en conductas delictivas
asociadas al conflicto interno armado.[6] Esto no obstante, son
tantos los beneficios que le han colgado a ese proyecto que, en la
práctica, las penalizaciones quedarían reducidas a casi
cero: 1.solo es aplicable a militares y civiles incursos y, en
ningún caso, a miembros de grupos ilegales; 2.los acusados
quedarían en libertad condicional hasta el momento en
que se produzca una sentencia; 3.nadie debería sentirse obligado a
declararse culpable, cada acusado debe ser vencido en un
juicio; 4. los militares y civiles actualmente condenados, quedarían
en libertad si ya han cumplido cinco años de prisión; y 5.las
amnistías otorgadas por la Jurisdicción Especial de Paz podrían
ser revocadas por la Corte Penal Internacional y por el Congreso
colombiano.
**********6**********
En
días pasados contrastantes fueron los resultados presentados
en dos sondeos muy distintos: mientras la Encuesta de
IPSOS- empresa que se prestó para hacerle el juego a la
jugarreta mediática contra Gina Parody aunque a posteriori se
autocriticó al reconocerle a Daniel Coronell las fallas de método y
de cobertura en que incurrieron[7]- señaló que la mitad de los
colombianos votarían el No frente a un menguado 39% que apoyaría el
Si , GALLUP – empresa encuestadora técnicamente probada en
muchas partes del mundo- en una Encuesta que cubrió 58
municipios señaló que 10 millones de colombianos, el 35.1% del
censo electoral, participarían en el Plebiscito, así: 67.5% por el
SI Y 32.5% por el NO; en este mismo sondeo, contrastante e
interesante paradoja, las imágenes de Uribe y de Santos,
alcanzaron 60 y 37% respectivamente, mientras que, y aquí la
paradoja se agiganta, el 77% señaló que no estaba de acuerdo con
las participación de las Farc en política y un 85.8 %
manifestó tener una imagen desfavorable de esta
organización. Esto significa que a los resultados de las Encuestas-
que más que conocimientos objetivos lo que miden en la
coyuntura del momento son opiniones y percepciones subjetivas
transitorias- hay que hacerles una lectura no mecánica sino,
más bien dialéctica, que recoja las contradicciones y tensiones que
se mueven y chocan en los distintos momentos en la intimidad
subjetiva de los ciudadanos concretos. En este caso, por ejemplo, no
obstante la des-favorabilidad destacada en materia de
imagen y de posibilidad de participación de los ex-guerrilleros en
política, la gente se mostró dispuesta a tragarse, digámoslo así
con ese lenguaje tosco, “EL SAPO DEL PLEBISCITO”, pues iguales o
mayores son LOS SAPOS DEL ESTABLECIMIENTO que se han tenido que
engullir todos los días y a toda hora (un sistema de justicia
formal del Estado disfuncional y elevadamente impune, personas que
empobrecidas ingresan al mundo de la política y en cuestión
de unos pocos años salen enriquecidas, la más voraz, intensiva y
progresiva corrupción público-privada…).
**********7**********
¿Cómo
explicar, entonces, tan tremenda paradoja? Las explicaciones pueden
ser muchas. Sólo destacamos una. En el estado al que han llegado los
diálogos- hoy 24 de agosto felizmente se ha anunciado que todo
está ya acordado - y FELICITACIONES PARA LAS DOS PARTES QUE ASÍ LE
HAN DADO CONTENIDO PRECISO AL OBJETO DEL PLEBISCITO - el grueso
de la gente ha comenzado a realizar un juicio crítico racional más
o menos así:
“si
todos los días y a toda hora en la vida cotidiana me tengo que comer
tantos sapos que produce esta sociedad ¿por qué no me voy a
comer éste de la pacificación que en el último año ha mostrado y
evidenciado que CENTENARES DE COLOMBIANOS, SOLDADITOS Y CIVILES Y
GUERRILLEROS, NO HAN MUERTO COMO RESULTADO DE LAS NEGOCIACIONES QUE
SE VIENEN REALIZANDO EN LA HABANA”?
De
resultar válida esta explicación, ella expresaría que la mera
pacificación como una de las cuatro dimensiones de la construcción
de paz, es decir, el dejar de matarnos entre nosotros, se está
convirtiendo en un valor en sí y por sí mismo pero sin que ello
signifique que la ciudadanía no desee ir más allá. Entonces, como
efecto demostración, por todas partes lo debemos publicitar en estas
semanas que antecederán al Plebiscito a realizar en 2 de octubre: de
acuerdo con CERAC, en el último año los muertos de civiles por
motivos del conflicto armado bajaron un 98% y las muertes de
combatientes cayeron un 94%: “a julio 19 del 2016 han transcurrido
1234 días sin tomas de poblaciones, 580 días sin retenes y 373 sin
emboscadas a la Fuerza Pública”.[8]
**********8*********
Doscientas
noventa y siete páginas, con un preámbulo de 3 y una introducción
de 4, cubren el histórico “ACUERDO
FINAL PARA LA TERMINACIÓN DEL CONFLICTO Y LA CONSTRUCCIÓN DE UNA
PAZ ESTABLE Y DURADERA”. Como
no hay texto bueno o malo si alguien no lo ha leído, recomendamos su
lectura en, www.mesadeconversaciones.com.co,
o si les aburre o cansa un documento tan largo, lo pueden
escuchar en, https://www.spreaker.com/show/lectura-del-acuerdo-de-paz
. De
acuerdo con el contenido de los Acuerdos y a la actual correlación
de fuerzas en la negociación de la Habana las dos partes, hasta ayer
enemigas y hoy socios adversarios, han ganado y han perdido, pero la
que más ha ganado ha sido el conjunto de la nación
colombiana.
Buena
la extensión, pues se llegó hasta el detalle para que nadie
pudiese pensar que ha habido Acuerdos ocultos para manejarlos
entre las mangas de negociadores con vocación de tahúres. Ya cada
quien hará, sin prejuicios conscientes y manipuladores, su
propio resumen sin olvidar, claro está, que, por muy bien
intencionado que se esté, toda condensación de textos no
deja de ser una construcción personal socialmente
condicionada. Si se me pidiese ahora, que explicitara mi resumen
personal, al margen de los detalles técnico-políticos de la
implementación, lo esbozaría así:
Objetivo
específico central de los Acuerdos: Crear las condiciones para
que las Farc paren de buscar el poder a través de los
fusiles para hacerlo a través de las urnas y los votos; es decir, la
pacificación o el dejar de matarnos entre colombianos, es el
objetivo estratégico buscado. Para el cumplimiento de este
objetivo específico una condición sine qua non es la dejación
de las armas. Los críticos de esta operación han dicho que las Farc
dejarán ocultas una buena parte de ellas. Precisamente para
evitar esa posibilidad, las Naciones Unidas han asumido el encargo de
observar in situ el proceso y monitorearlo. De todas maneras, si la
oposición desconfía de la ONU, que señale entonces en concreto qué
organización no interesada ni comprometida podría cumplir
cabalmente esa compleja y delicada tarea.
Aparece
entonces aquí la única concesión importante y central que
se le ha hecho a las Farc en sí mismas consideradas: la de no juzgar
a sus responsables estratégicos, es decir, al Secretariado, a
la luz de las penalizaciones contempladas en el Derecho Penal sino
con penas alternativas, que sólo serán aplicables a los que
confiesen sus delitos de lesa humanidad que todos sabemos han sido
crueles y reales como las de los otros actores de la guerra interna,
pero quienes no lo hagan serán objeto de la Justicia
Penal ordinaria. ¿En dónde está entonces la impunidad total de la
que tanto hablan la oposición así como Vivanco
presidente de Human Rigths watch? Para el conjunto de los miembros de
base de la organización habrá indulto y amnistía. Planteemos
entonces un hecho y una pregunta: por una parte, la posibilidad de
penas alternativas para casos de comprometidos en conflictos armados
internos está ya ampliamente contemplada en la legislación
humanitaria internacional y ¿por qué la oposición no nos
precisa, para aprender de esa lección, en qué partes
del mundo se ha negociado aplicando cárcel a los insurgentes,
acto de justicia que aquí si se aplicará para quienes no confiesen
sus crímenes de lesa humanidad? Entonces, por eso se acordó una
JURISDICCIÓN ESPECIAL, EXCEPCIONAL Y TEMPORAL PARA LA PAZ,
la forma histórica que asumió en Colombia la JUSTICIA
TRANSICIONAL ampliamente aceptada y avalada ya por los TRIBUNALES
INTERNACIONALES, orientada a PROTEGER LOS DERECHOS DE LAS
VÍCTIMAS a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la
no reparación. Al respecto sólo destacamos una pedagógica
observación: es cierto que si teóricamente se confronta esta forma
de Justicia Transicional con el relativamente bien evolucionado pero
casi inoperante Derecho Penal colombiano se podría hablar de una
suavización de la penalización, que es lo que la oposición a los
Diálogos de la Habana denomina IMPUNIDAD; pero, para parar un
conflicto armado ya envejecido- el más largo y cruento del
hemisferio occidental- era necesario postular penas
alternativas que, por no ser cárcel a no ser para los que libremente
no confiesen sus graves delitos atentatorios de la dignidad humana,
no dejan de ser una forma de justicia, pues como lo dijo el
propio Uribe Vélez en el 2005, “en
todos esos procesos de paz finalmente uno ve un poquitico de
sometimiento en nombre de la justicia y algo de impunidad en nombre
de la paz.” Una presumible crítica importante que,
desde meses ha, se le ha hecho a la Jurisdicción Especial de
paz es la que los guerrilleros estaban buscando designar o tener
incidencia en la selección de los Jueces que los juzgarían.
Asunto éste muy delicado, fue objeto de una discusión detallada en
la Habana, tal como lo expresa el texto final de los Acuerdos, y lo
ha reiterado Adolfo Atehortúa, emérito rector de la Universidad
Pedagógica Nacional,
“La
mesa de negociaciones ha acordado también la participación del SUE
en la selección de los magistrados del Tribunal de paz que llevará
sobre sus hombros, con absoluta imparcialidad, la aplicación del
esquema transicional de justicia que hará posible la concreción de
los acuerdos. Además del SUE, harían parte de dicho comité el papa
Francisco, el secretario general de la ONU, la Sala Penal de la Corte
Suprema de Justicia y la delegación en Colombia del Centro
Internacional de Justicia Transicional (ICTJ)”. [9] Aunque algunos
han señalado que no metamos al benemérito Papa en estos asuntos, de
nuevo digamos que habría que estar atentos si algún colombiano
propone un Comité más representativo y respetable que éste para la
selección de los Magistrados del Tribunal de Paz.
El
otro Acuerdo importante, que más que una concesión a las Farc, que
siempre ha tenido entre pecho y espalda la cuestión agraria,
ha sido una reivindicación campesina que el Estado en sus políticas
agrarias jamás ha asumido como un asunto substantivo: una
Reforma integral agraria que tenga como referente central las
economías campesinas donde habitan 8.5 millones de
personas de las 11.3 que hay en el campo, casi
todas ellas pequeños y precarizados propietarios y
arrendatarios. Uno de los componentes importantes de este Acuerdo es
el producir un cambio en la estructura de tenencia y uso de la tierra
a partir de la conformación de un Fondo de tierras que tendrá,
entre otras, como una de sus fuentes de alimentación, las abundantes
tierras ociosas con vocación agrícola existentes en Colombia,
propiedad de tierras que, en su componente de latifundios
improductivos, puede asumirse como ilegal pues no cumple
la función social constitucionalmente contemplada en el actual
ordenamiento jurídico colombiano.
Es
a este componente del Acuerdo sobre reforma rural integral a lo que
más le teme un amplio sector de opositores a los Diálogos de la
Habana siendo eso lo que les ha permitido, de cara a la opinión
pública ciudadana, asimilar de modo falaz a “Castro
Comunismo” las negociaciones de la Habana y afirmar que Santos, al
atentar contra la propiedad privada con ese Fondo de tierras,
le estaría entregando el país a las guerrillas. Pero, lejos está
del pensamiento de Santos atentar contra la propiedad privada- es uno
de sus más férreos defensores- al pensar en esas tierras
ociosas con vocación agrícola como una de las fuentes de
alimentación del acordado Fondos de tierras, pues lo único que ha
dicho es que porciones muy importantes esas tierras no han
cumplido LA FUNCIÓN SOCIAL A LA QUE CONSTITUCIONALMENTE ESTÁN
OBLIGADAS.
Por
lo tanto, que muchos sectores de la oposición dejen de hacer
demagogia barata al respecto: en Colombia no va a haber en esta
ocasión por primera vez en su historia una reforma
agraria democrático capitalista que afecte al conjunto del
latifundio ni mucho menos va a haber una socialización de la
propiedad de la tierra; sólo se afectaría, en su componente
improductivo, a aquellos terratenientes que, por razones de
especulación o de búsqueda de poder y/o prestigio social mantienen
en sus manos extensas e ilegales tierras ociosas que no cumplen la
necesaria función social que constitucionalmente le corresponde a
toda forma de propiedad privada.
Ha
habido otros dos Acuerdos, sobre participación política y
sustitución de cultivos de uso ilícito, en torno a los cuales, por
economía de espacio y por no haber despertado tantas críticas, no
hacemos por ahora referencia especial. Agregamos también que muy
positivos han sido los Acuerdos sobre desminados y sobre búsqueda de
personas desaparecidas.
Pero,
ha habido otros inflados fantasmas que se han echado a
volar pero que ahora han empezado a desinflarse, así: 1. Desde meses
atrás alguien lanzó a las redes sociales la idea de que
durante tempo indefinido a cada guerrillero desmovilizado se le
pagaría mensualmente un millón ochocientos mil pesos (1.8000.000
pesos; pero, sólo se los subvencionará por dos años con el 90% de
un salario mínimo, o sea, 620.000 pesos; 2. se ha dicho, y Uribe
Vélez lo reiteró hoy 26 de agosto, que el
gobierno de Santos haría una reforma tributaria que haría
recaer sobre los más pobres el financiamiento de la
costosa negociación. Pero, ocurre que con negociación o sin
ella, este gobierno va a hacer esa reforma por razones fiscales muy
ligadas a la caída de los precios del petróleo: existe un hueco
fiscal de 30 billones de pesos y por eso más que una reforma
estructural será una reforma coyuntural para atender a esa
emergencia fiscal. Pero, para financiar la etapa que viene, la de los
acuerdos posthabana, el gobierno está pensando más en la
cooperación internacional que en una reforma tributaria. Pero si por
alguna razón se desliza la iniciativa de un Impuesto temporal
para la Paz, éste no podría ni debería afectar a la gran
masa de colombianos que devengan menos de cuatro millones de
pesos.
**********9*********
En
cuatro cartillas y en 1552 palabras Uribe Vélez condensó sus
críticas de las 297 páginas del Acuerdo final para la
terminación del conflicto; más que un resumen personal del
texto - como todo resumen, el nuestro también,
socio-ideológicamente condicionado- se trató de un compendio de sus
críticas del documento y de muchas otras cosas que nada o muy
poco tienen que ver con él. Y allí radica su mayor bondad: por fin
se tiene un texto que recoge el conjunto de sus críticas casi todas
dispersas y recibidas a través de algunos de los miembros de
su grupo partidista que apenas si alanzan a medio remedarlas
eso sí con tono muy uribista. Lo reiteramos: se trata de
generalizaciones, para ser más benignos llamémoslas hipótesis,
pero casi todas carecen de pruebas empíricas o fácticas,
pertinentes, robustas y precisas y por eso se quedan en la condición
o de truncadas verdades o de meras conjeturas y suposiciones. Aún
más, en varios casos se establecen las correlaciones más ilógicas
como eso de decir que las Farc son el nuevo paramilitarismo o que lo
de Nicaragua fue una concesión a las Farc o de que Colombia
marcha hacia la colectivización de la tierra. De todas maneras, no
obstantes estas evidentes fallas, no digamos si nos parece bueno o
malo el texto, que todos lo leamos sin prejuicios malintencionados el
texto de Uribe y que cada quien saque sus conclusiones en una u otra
dirección.[10]
Uribe
señaló y reiteró que no se opone a la pacificación
sino al tipo de Acuerdos que se han construido en la Habana exigiendo
su revisión y que si gana el Sí, como la Agenda nacional no
puede ser la del terrorismo, el Congreso, las Cortes y los gobiernos
futuros podrían reversarlos. Pero, como en este caso, la Corte
ha decidido que “el sí es el sí y el no es el no” si gana
la primera opción, solo el pueblo soberano que fue el que los
aprobó, podría reversarlos en un nuevo acto político y, por lo
tanto, equivocado se encuentra el expresidente al asignarles esa
tarea al Congreso, a las Cortes o a los futuros
gobiernos.
**********9**********
De
todas maneras suena raro que la Iglesia Católica colombiana, no
obstante la presencia destacada del pacifista y humanista y muy
solidario Papa Francisco en el proceso, salga ahora con un
comunicado en el que anuncia que
"de ninguna manera, la iglesia
católica induce a los colombianos a votar por el Sí o por el No en
el plebiscito" mientras otras
iglesias cristianas le han dado ya un sí al “SÍ”[11].
En
cuatro años, desde el 12 de agosto del 2012 hasta el 24 de agosto
del 2016, es mucho lo que las “partes enemigas” han avanzado en
reconciliación, una segunda dimensión central de la construcción
de la Paz en Colombia, país en el que desde el siglo XIX sus
habitantes en sus interacciones cotidianas han estado más marcados
por la relación amigo-enemigos que por la relación
amigos-adversarios o amigos-aliados. Ha sido por esto por lo que hoy
24 de agosto los hasta ayer enemigos, como adversarios que ya son,
han finalizado unos Acuerdos, que pueden ser el punto de partida de
una transformación del país a partir de un cambio estructural
en las relaciones sociales en el campo.[12]
¿Por qué entonces la Iglesia católica, cuyo valor central es el
amor al prójimo como acto de solidaridad humana, por lo menos,
superando un objetivismo que no le compete, no sugiere o
aconseja el “SI” sobre todo cuando observamos lo que en los
últimos dos años ha acaecido en la relación entre militares y
guerrilleros en materia de desmonte de desconfianzas y de
aproximación a un trabajo conjunto en materia de pacificación?
“Ver
al general Javier Flórez, antiguo jefe del Estado Mayor Conjunto de
las Fuerzas Militares, uno de los más duros en la lucha contra las
Farc, quien fuera clave en las acciones que llevaron a la muerte a
los líderes guerrilleros Alfonso Cano, Raúl Reyes y el Mono Jojoy,
trabajando en el alistamiento de los lugares donde se pondrá
fin al conflicto armado, hombro a hombro con el comandante de las
Farc Carlos Antonio Lozada, quien dirigiera la Red Urbana
Antonio Nariño y, como tal, realizara montones de operativos de
terror, me llevó a preguntarme: ¿sería posible que si fracasara el
plebiscito y volviera la guerra, estos dos hombres que han compartido
juntos tantas horas de trabajo en La Habana y en Colombia y que se
han mirado a los ojos, puedan enfrentarse a muerte de nuevo y
disparase en un campo de batalla?[13]
**********10**********
Como
nos ha escrito nuestro hijo el abogado Federico Vélez Pachón,
“
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[1]
. Himanen, Pekka. La Etica Hacker y el espíritu de la era de la
informática. eprints.rclis.org.org/12851/1/pekka.pdf .
[2]
.García, Juan Diego”, DEFENSIVA, agosto 2016.
[3]
.https://groups.google.dom/fórum/#!topic/mesacomunicacionpacifico/3hueSZDIO_s
.
[4].
“Proceso de Paz con las Autodefensas”. Memoria Documental
2005-2007, pg. 64.
[5]
Uprimny Rodrigo. “Paz y elegibilidad política”, El Espectador,
domingo 21 de agosto 2016, pg.40
[6]
.Semana.com, 17-06.2016.
[7]
.Coronell, Daniel. LOS PROBLEMA DE UNA ENCUESTA, Semana, No 1789,
del 14 al 21 de agosto de 2016, pg.19.
[8]
.CERAC, Columnistas Libres, 19-08-2016.
[9]
. Atehortúa, Adolfo. “El compromiso de la Universidad con la Paz,
El Espectador, 26-07-2016
[10]
. Vélez Uribe, Alvaro,
[11]
. “Congregaciones cristianas le dieron sí al plebiscito”; “La
iglesia católica aclara su posición frente al plebiscito por
la paz”, El Espectador, 23-07-2016.
[12]
. Vélez Ramírez, Humberto, ¿Qué puede ser ese asunto llamado paz
territorial?, Atisbos Analíticos 239, 18-03-2016; “En Colombia
urge historizar el concepto de territorio para poder actuar sobre
Territorios Tipo-ideal de guerra, de violencias y de construcción
de paz”, Atisbos Analíticos No 242, junio 2016; encontrar en : o
el Google o en, www.atisbosanaliticos2000.blogspot.com,
.
[13]
.Lara Salive, Patricia. El Espectador, 20-07-2016.
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